miércoles, 18 de febrero de 2009

EL NÚMERO EN LOS NOMBRES


Las reglas que rigen la formación del plural en los sustantivos españoles pueden resumirse en las siguientes:
a) Cuando el sustantivo finaliza en vocal átona o en una e tónica, el plural se forma añadiendo una - s al singular: pluma/plumas, café/cafés.
b) Si termina en vocal tónica que no sea e o en consonante que no sea s, el plural se forma añadiendo el morfema - es: tisú/tisúes, bombón/bombones; excepto papá, mamá, sofá y dominó, cuyo plural lo hacen en - s; sin embargo, en el uso cotidiano existen a veces vacilaciones entre los morfemas - s y - es. En América alternan papás, papaes y papases. También forman el plural en - es las palabras que terminan en diptongo cuya última vocal es y: buey/bueyes, ley/leyes, pero en la lengua hablada se dan algunas vacilaciones en palabras tomadas de otros idiomas, como jersey/jerséis, jerseises o jerseyes, aunque lo correcto es jerséis. Los plurales de las vocales forman el plural en - es: aes, íes.
c) Nombres cuyo singular termina en s: Si son nombres llanos o esdrújulos, la forma de marcar en ellos el plural es mediante el artículo: el jueves/los jueves, el miércoles/los miércoles; si son agudos el plural se forma añadiendo - es: país/países.
d) En las palabras latinas como memorandum o referendum, se oscila entre mantener en el plural la misma forma que en el singular: el referendum/ los referendum, o utilizar el plural latino: memoranda, referenda, o terminarlo en - os: referendos, memorandos. La Real Academia Española ha optado por la españolización de alguna de estas palabras en - o: estadio, simposio, currículo, cuyo plural lo forma añadiendo - s: estadios, simposios, currículos, o por mantener en el plural la misma forma que en el singular: ultimátum.
e) Los términos tomados de otros idiomas cuya terminación es en consonante oscilan a veces entre la formación del plural con - s o con - es: complot/complots, gol/goles, líder/líderes, club o clube/clubes...
f) Los nombres propios de personas y los apellidos generalmente se usan en singular, pero admiten también el plural: Los Antonios, los Garcías, excepto los que terminan en - s, en - z, los esdrújulos que terminan en consonante o aquellos que no proceden del castellano: Los Gómez, los Valdés, los Schmidt. También se puede poner el artículo en plural y mantener la forma del apellido invariable: Los Yagüe.
g) Los nombres propios geográficos se usan generalmente en singular: Brasil, Acapulco, si bien alguno de ellos puede presentar la forma del plural y funcionar como singular: Buenos Aires, Las Vegas. Cuando aluden a islas, archipiélagos o cordilleras toman el plural: Las Antillas, los Andes.
h) Los nombres compuestos suelen formar el plural sobre el último componente: bocacalle/bocacalles; pero si el hablante los concibe como la suma de dos lexemas más que como una sola palabra, pueden tomar el plural los dos o sólo el primero: quienquiera/quienesquiera.
Al hablar del número del sustantivo, casi siempre, se piensa en sustantivos contables en los que es fácil distinguir su singularidad o pluralidad, pero existen otros sustantivos no contables, como vino, arena, sopa, que por su misma esencia son incompatibles con cualquier cómputo real, aunque se puedan pesar o medir, al igual que ocurre con los nombres colectivos, como muchedumbre o gente, por lo que si bien pueden adoptar la forma gramatical de plural, éste no será informativo, sino únicamente enfático o ponderativo. Lo mismo se puede decir de los nombres abstractos, como, por ejemplo, perfidia, amistad..., a no ser que el hablante los piense como una suma de individualidades referidas a acciones, hechos o personas, con lo que se transforman en concretos: perfidias (conjunto de acciones desleales), amistades (personas con las que existen lazos de afecto): Sus perfidias le han llevado a un total aislamiento; hemos conseguido muchas amistades en Perú.
Algunos sustantivos, como tez, ecuador, cenit, no admiten más que el singular; por el contrario, otros, como albricias, fastos, gárgaras, o los que designan objetos dobles: gafas, alicates, se usan siempre en plural. El uso ha fijado a veces la marca del plural o la del singular; se dice buenos días o buenas tardes cuando se saluda a alguien, pero se desea un feliz día o unos felices días.
En ocasiones, el morfema de número se utiliza para diferenciar significados: el celo/los celos; la víspera/las vísperas; letra/letras, son palabras que en sus orígenes tuvieron alguna relación, que a veces siguen conservando.
Al formarse el plural, las palabras no suelen cambiar el acento de sílaba; no obstante, hay algunas en las cuales éste se desplaza: carácter/caracteres, régimen/regímenes, espécimen/especímenes, sénior/ seniores.



Información obtenida de la Enciclopedia Encarta

miércoles, 11 de febrero de 2009

Diego Alonso Fernández.

 

SOBRE EL ESTÁNDAR Y LA NORMA.

José Antonio Pascual Rodríguez

Emilio Prieto de los Mozos

 

Este artículo hace una extensa crítica a la incapacidad del español a lo largo de su historia de conseguir  estandarizarse, tanto a la hora de ser compatible con el resto de lenguas, como al intentar unir bajo un mismo marco conceptual todas las  intenciones de sus usuarios.

Por lo tanto recalcan la importancia de conseguir, en primer lugar unificar el concepto de estandarización, y que este sea entendido por todos de igual forma, además de intentar lograr que todos los usuarios (sin apartarse del idiolecto propio de cada uno), en un momento dado en el cuál la situación lo requiera (ej.: lenguaje en los medios), sean capaces de expresarse bajo unos cánones comunes y estandarizados que consigan transmitir una información completa a los receptores, no obstante estos también deberán estar instruidos para poder desglosar debidamente estos mensajes.

 

Opinión

 

En mi caso he de resaltar mi propia experiencia, ya que principalmente es lo único que como experto que no soy, me puede hacer hablar con cierto rigor y criterio.

He de decir antes de nada que procedo de un pequeño pueblo del interior de Asturias, y allí el lenguaje oral que se desarrolla entre los habitantes dista bastante de aquello que podemos entender como “lenguaje estándar”.

Bien es cierto, como recalcan los autores, que difícilmente se escucha a personas, por muy preparadas y cultivadas que estén, conseguir hacer un uso práctico del lenguaje riguroso y meticuloso, pero en mi caso el intentar llevar a cabo este comedido medianamente bien resulta una tarea ardua a la vez  que peligrosa, ya que difícilmente pronunciaré un discurso en el cual los errores brillen por su ausencia.

Por lo tanto comprendo esa dificultad (sea cual sea la procedencia del hablante) por dejar a un lado sus costumbre lingüísticas y hacer uso de ese “habla estándar”, utópico en la mayoría de los casos, pero que debería ser utilizable por todos y cada uno en el momento que fuese requerido.

Pero estos errores son, o al menos deberían llegar a ser subsanables, y para ello imponer una buena base educativa puede ser un factor primordial a la vez que necesario. Pero si el punto de partida es una sociedad incapaz de desarrollar con eficiencia este factor y la cuál cada día va degenerando más su habla llegará un día en que la comunicación entre semejantes será un tarea severamente complicada.

 

RESEÑA



SOBRE EL ESTÁNDAR Y LA NORMA
José Antonio Pascual Rodríguez
Emilio Prieto de los Mozos

Este artículo reflexiona sobre la importancia de que se imponga una variedad estándar en la utilización una lengua determinada, que no es la usada generalmente, sino aquella forma de lengua que se impone en un país dado, frente a las variedades sociales o locales. La variedad estándar de una lengua se enriquece de otras variedades (familiar, coloquial, regional…), se trata generalmente de la lengua escrita y propia de las relaciones oficiales, y la difunden en la escuela y los medios de comunicación.
También se reflexiona sobre la importancia de una norma para la supervivencia de una lengua. Señalan que si resulta importante conocer las distintas posibilidades de empleo de una lengua en una comunidad, para quien pretende vivir cómodamente en ella, la norma no puede ser ajena a tales conocimientos. Nos dicen que hay un gran desinterés entre los jóvenes por los asuntos del lenguaje. Es un error puesto que el buen uso normativo de una lengua nos hace más libres.

MI OPINIÓN DEL ESTÁNDAR Y LA NORMA

Este escrito de Pascual Rodríguez y Prieto de los Mozos, realmente me ha hecho reflexionar, de la importancia que tiene para un individuo el correcto uso de una lengua, y a la vez la importancia que tiene para esa lengua que un individuo haga un uso correcto de ella.
A los individuos usar una lengua correctamente, esto quiere decir conforme a la variedad estándar y a la norma, nos hace más libres en todos los aspectos de nuestras vidas. Es crucial a la hora de integrarnos en una sociedad, de formarnos intelectualmente, de desenvolvernos en nuestras profesiones, de obtener mayor éxito como personas…
Por otra parte, pienso que debe existir una variedad estándar y una norma que regulen de alguna manera la utilización que hacemos de la lengua, puesto que de otra forma, ésta desaparecería. Pienso que una lengua tiene que ser dinámica, viva, y tiene que incorporar nuevas palabras, usos y formas; pero a la vez debe defender unos usos tradicionales.
La verdad, que es bastante triste que los universitarios (entre los que me incluyo), y la sociedad en general no hagamos un uso correcto de nuestra lengua. Y no lo hacemos ni de forma escrita, ni hablada. Quizá no le damos la importancia que realmente tienen, o quizá nuestra formación lingüística sea pobre, pero que no utilicemos nuestra lengua de forma adecuada no dice nada bueno de nosotros. Es básica una buena formación lingüística para sentirnos más seguros en las múltiples circunstancias laborales en las que nos vamos a encontrar, para eso, y para las razones que ya he nombrado anteriormente.
A modo de conclusión, tengo que decir que el texto me ha dicho cosas que probablemente sabía, pero que quizá no me había parado a pensar, y por otro lado me ha abierto los ojos para que de importancia a un correcto uso de la lengua en todos los ámbitos, y más en los que me voy a mover, puesto que quiero ser periodista.

Antonio Fernández-Caballero Díaz-Meco
1º Grado en Periodismo / Grupo 31

Indagación acerca de los nombres - Práctica 2 -11/2/09

Los nombres epicenos, son los que poseen una sola forma, bien masculina o bien femenina, para expresar ambos sexos.

Ejemplo: la perdiz, la persona, el delfín, el gentío, el búho, el pez, la pantera,
la hormiga, la servidumbre, la multitud, el rebaño, el matrimonio.

Los nombres epicenos se refieren a seres vivos sexuados. Son sustantivos que presentan un único género gramatical, ya sea masculino o femenino. Esto supone que no pueden cambiar de género para indicar una diferencia de sexo en los seres a que se refieren.

-       Muchos sustantivos epicenos son nombres de animales, por ejemplo: el avestruz, la serpiente, el hámster, el águila, la gacela.

-       Algunos se refieren a personas, por ejemplo: la víctima, la persona.

Un sustantivo como gacela es femenino y no puede tener otro género. No podemos formar un masculino cambiando la terminación (gacelo) o sustituyendo el artículo femenino por el masculino (el gacela). Dado que no disponemos de medios morfológicos, si queremos especificar el sexo del referente, tendremos que recurrir a medios léxicos. Esto es lo que se hace en el siguiente ejemplo, en el que palabras adicionales (macho, hembra) son las encargadas de expresar la diferencia de sexo:

Una pantera macho jugueteaba con una pantera hembra.

En este otro ejemplo, para especificar el sexo de la persona de la que se habla (la víctima) se recurre a medios parafrásticos, o sea, se explica:

La víctima era un hombre de 57 años de edad que falleció al salirse de la vía el coche en el que circulaba [...] [Sur Digital (España), 20-10-2007].

Los nombres epicenos no han de confundirse con los ambiguos y comunes en cuanto al género.

http://blog.lengua-e.com/2007/nombres-epicenos/

http://roble.pntic.mec.es/msanto1/lengua/1nombre.htm

 

Masculino y femenino asociados a significados diferentes:

Resulta curioso que un cierto numero de sustantivos que designan objetos se presentan en español en las dos formas, masculina en –o y femenina en –a, pero la forma femenina sólo designa un objeto más grande. Como por ejemplo jarro/jarra; hoyo/hoya; cubo/cuba; canasto/canasta.

Pero hay sobre todo una serie de sustantivos de los que podríamos creer que se trata del masculino y de su correspondiente femenino(o viceversa). Pero en realidad, se trata de palabras completamente autónomas, es decir, de distinto significado. He aquí algunos ejemplos: banco/banca; caso/casa; castaño/castaña; libro/libra; judío/judía; cuadro/ cuadra.

eljuego.free.fr/Fichas_gramatica/FG_genero.htm

 

 

Parónimos:

 

 Conjunto de palabras con semejanzas entre sí, bien sean en su significado o en su forma de escribirlas recibiendo distintos nombres según sea el caso al que pertenecen.

Por lo tanto si su parecido estriba en su escritura ( 2 palabras distintas que se escriben iguales) y poseen un significado diferente, serán conocidas como homónimos u homógrafos, mientras que por el contrario si su escritura es diferente pero su pronunciación es idéntica o muy parecida, se les atribuye el nombre de homótonos u homófonos.

 

* Muchas palabras que son parónimos en castellano, se vuelven homófonos en el habla común de América Latina y el Sur de España.

Por ejemplo, en muchas regiones de España y América, cien (del número 100) y sien (una zona lateral de la cabeza) se pronuncian de manera igual (casi nunca se le marca alguna diferencia).

 

-Vamos a señalar ahora algunos ejemplos de nombres para esclarecer dicha definición:


 

1-Homónimos u homógrafos:

 La palabra muñeca puede tener 2 significados diferentes según el contexto en que se utilice.

 

 

 

 

 

+Algún ejemplo más de nombres homónimos podrían ser:

-       Cola:      Rabo (extremidad) / Pasta para pegar.

-       Fuerte:   Robusto, vigoroso / Recinto fortificado.

 

-¡Aló, buenas noches! ¿La señora Melba Reyes?

-Sí, soy yo

.-Señora, aquí su marido, quien anda ebrio, acaba de chocar mi vehículo.

-Disculpe, eso es imposible.

-¿Que su marido no es abogado?- No, no tengo marido.

 

*En ocasiones los nombres de personas también pueden ser homónimos (tocayos) , y debido a esto algunas veces tienden a producirse confusiones, pudiendo resultar inoportunas como en este caso.

 

2-Homótonos u homófonos:

 

Algunos nombres al ser pronunciados son muy parecidos o casi idénticos a otro tipo de palabras como es el caso de:

-       “Vello” (pelo delgado) o  “Bello” ( hermoso).

-       “Bota” (calzado) o “Vota” ( del verbo votar ).

-       “ Bazar” (negocio) o “ Basar” ( tener fundamento).

-        “Zueco” ( zapato de madera) o “ Sueco” ( nacido en suecia).

 

-   Parra tenía una perra.

-   Guerra tenía una parra.

-   La perra de Parra subió a la parra de Guerra.


-   Guerra pegó con la porra a la perra de Parra.

-   Y Parra de dijo a Guerra:

-   - ¿Por qué ha pegado Guerra con la porra a la perra de Parra?

-   Y Guerra le contestó:

-   -Si la perra de Parra no hubiera subido a la parra de Guerra, Guerra no habría pegado con la porra a la perra de Parra.

*(Esto es un ejemplo de un trabalenguas en el que se puede ver claramente cómo los  parónimos son frecuentes a la hora de confeccionar este tipo de juegos)

 

+Fuentes:

 

-Algunas  páginas utilizadas a la hora de confeccionar dicha información han sido las siguientes:

http://www.profesorenlinea.cl/swf/links/frame_top.php?dest=http%3A//www.profesorenlinea.cl/castellano/Paronimos.htm

http://www.estudiagratis.com/showCourse.php?a=24430&b=3&h=D8F7E05FE6D5A46A663317B2DE8AADEF

http://diamantina-diamantina.blogspot.com/2008/12/homnimos.html

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miércoles, 4 de febrero de 2009

APARECE UN NUEVO DICCIONARIO DE ONOMATOPEYAS DEL CÓMIC

 

 

 

 

El nuevo diccionario de onomatopeyas del cómic lo han realizado Luis Gasca y Román Gubern. Como bien dice su título es un diccionario, y como tal está estructurado, con entradas en orden alfabético de las diversas y variadas onomatopeyas comunes y no tan comunes presentes a lo largo y ancho de las viñetas realizadas en años de cómic. Se trata de un volumen de 425 páginas, con un contenido que a más de uno les recordará a las lecturas de la infancia.  El diseño de la portada es una viñeta de Dick Tracy.

 

El diseño de cada página roza la perfección, la variedad de viñetas expuestas, así como la originalidad de la utilización de algunas onomatopeyas en ciertos contextos a la par que su riqueza, tanto gráfica como expresiva es tan adecuada en esta edición que a pesar de ser un diccionario el cuál en un futuro será utilizado como obra de consulta permite hacer de él una lectura general pudiendo resultar sumamente gratificante.

 

La obra no incluye únicamente las onomatopeyas propiamente dichas (como explican los autores en el prólogo), sino también aquellas expresiones que se han utilizado en alguna ocasión como tales gracias a la inventiva y capacidad creadora de los dibujantes de cómic. Siguiendo dicho criterio se analizan verbos, adjetivos y sustantivos que describen la acción o una característica de la misma y que no imitan el sonido, sino que lo nombran. La mayor parte de las entradas que se incluyen tienen el inglés como origen, ya que la preeminencia de los artistas gráficos anglófonos ha marcado la historia de los cómics, pero el lenguaje gráfico ha resultado ser de los más universales que ha creado el hombre, y muchas de esas onomatopeyas son utilizadas y entendidas por igual en sociedades y lenguas tan dispares como Francia, USA ó Japón. También se analizan las onomatopeyas de origen castellano, francés e italiano que, aunque más escasas, son tan ricas y expresivas como las inglesas.

 

En resumen, una obra que cualquier amante de los cómics y de los libros debe tener en su biblioteca, no sólo por el conocimiento y el arte que inundan sus páginas, sino también por la fantástica y cuidada edición que hace honor a un espléndido contenido, resultado del estudio de gran cantidad de obras gráficas de todos los tiempos y orígenes. Finalmente tenemos que decir que este diccionario lo puedes conseguir por el módico precio de 35 euros.

CLASIFICACIÓN DE LOS NOMBRES SEGÚN SU GÉNERO

 

En la gramática, es habitual, confundir el género de las palabras con el sexo del referente que designan. Hay una cosa importante en la que no nos podemos equivocar: la palabra niño tiene género masculino, la entidad niño tiene sexo masculino.

 

El género es una cualidad inherente a los sustantivos, adjetivos, pronombres y determinantes, que permite clasificarlos en masculinos y femeninos y sirve para establecer la concordancia entre los elementos del sintagma nominal y el sustantivo al que se refieren. El nombre mesa, cuando forma un grupo nominal, obliga al resto de determinantes y complementos que lo acompañen a construirse en femenino: La mesa  pequeña. Para eso sirve el género gramatical.

 

Sólo cuando el sustantivo se refiere a entidades “sexuadas” puede el género transmitir información de tal tipo: gato (macho) / gata (hembra). En este caso, los mecanismos para realizar la oposición entre masculino y femenino pueden utilizar:

-Terminaciones distintas: o, e, Ø para el masculino y –a para el femenino: niño/niña; monje/monja; director/directora.

-Palabras distintas para ambos géneros: hombre/mujer; toro/vaca; yerno/nuera. Estos sustantivos son conocidos con el nombre de heterónimos.

-A veces, el sustantivo permanece invariable y tienen que ser  los determinantes o adjetivos que lo acompañen los que marquen la diferencia de género: el pianista/ la pianista.  A estos sustantivos se les denomina como nombres de género común.

 

Sin embargo, la mayoría de los sustantivos no admite variación de género: la palabra casa es siempre femenina porque admite delante el artículo la, no porque tenga atributos de mujer; por la misma razón, el libro es siempre masculino. La asignación del género en uno y otro caso es arbitraria, no tiene nada que ver con diferencias de sexo. El término miembro designa a una parte del todo, se refiera a un brazo o una pierna; pero su género inherente es masculino. Si se quiere especificar, se podría hacer léxicamente: Los miembros femeninos del auditorio son muy escasos.

 

Este concepto de género suele causar algún problema sobre todo cuando algún político quieren emplear la lengua para explicar que se están dirigiendo a hombre y mujeres sin excluir a ningún sexo: (“miembros y miembras” Bibiana Aído, Ministra de Igualdad). Con esta expresión la Ministra de Igualdad quiso referirse a los miembros masculinos y a los miembros femeninos, sin embargo ella, optó por emplear un error gramatical que suscitó bastante polémica. Y es que hay muchos sustantivos en género masculino que designan también al femenino, es una forma de abarcar toda la información posible con el mínimo esfuerzo, pero gramaticalmente esto es lo correcto.