miércoles, 11 de febrero de 2009

Diego Alonso Fernández.

 

SOBRE EL ESTÁNDAR Y LA NORMA.

José Antonio Pascual Rodríguez

Emilio Prieto de los Mozos

 

Este artículo hace una extensa crítica a la incapacidad del español a lo largo de su historia de conseguir  estandarizarse, tanto a la hora de ser compatible con el resto de lenguas, como al intentar unir bajo un mismo marco conceptual todas las  intenciones de sus usuarios.

Por lo tanto recalcan la importancia de conseguir, en primer lugar unificar el concepto de estandarización, y que este sea entendido por todos de igual forma, además de intentar lograr que todos los usuarios (sin apartarse del idiolecto propio de cada uno), en un momento dado en el cuál la situación lo requiera (ej.: lenguaje en los medios), sean capaces de expresarse bajo unos cánones comunes y estandarizados que consigan transmitir una información completa a los receptores, no obstante estos también deberán estar instruidos para poder desglosar debidamente estos mensajes.

 

Opinión

 

En mi caso he de resaltar mi propia experiencia, ya que principalmente es lo único que como experto que no soy, me puede hacer hablar con cierto rigor y criterio.

He de decir antes de nada que procedo de un pequeño pueblo del interior de Asturias, y allí el lenguaje oral que se desarrolla entre los habitantes dista bastante de aquello que podemos entender como “lenguaje estándar”.

Bien es cierto, como recalcan los autores, que difícilmente se escucha a personas, por muy preparadas y cultivadas que estén, conseguir hacer un uso práctico del lenguaje riguroso y meticuloso, pero en mi caso el intentar llevar a cabo este comedido medianamente bien resulta una tarea ardua a la vez  que peligrosa, ya que difícilmente pronunciaré un discurso en el cual los errores brillen por su ausencia.

Por lo tanto comprendo esa dificultad (sea cual sea la procedencia del hablante) por dejar a un lado sus costumbre lingüísticas y hacer uso de ese “habla estándar”, utópico en la mayoría de los casos, pero que debería ser utilizable por todos y cada uno en el momento que fuese requerido.

Pero estos errores son, o al menos deberían llegar a ser subsanables, y para ello imponer una buena base educativa puede ser un factor primordial a la vez que necesario. Pero si el punto de partida es una sociedad incapaz de desarrollar con eficiencia este factor y la cuál cada día va degenerando más su habla llegará un día en que la comunicación entre semejantes será un tarea severamente complicada.

 

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